Mensaje de Introducción

El amor nunca deja de ser... es el mejor alimento para el alma. Y es que cuando tenemos amor en nuestro corazón podemos soportar las mas grandes decepciones y las peores injusticias.... el amor es limpio, no tiene manchas, vive en la verdad y se goza de ella. No permitas que el amor muera en ti, cultivalo siempre. Dios te bendiga. CG







jueves, 28 de julio de 2011

Que nada me aparte de ti

Si unos meses atrás me hubieran dicho que estaría tan enamorada de ti, probablemente me hubiese mostrado indiferente o simplemente no lo creo, pues a pesar de tener conciencia de que existías, nunca pensé que podría aceptarte en mi corazón.

Sin embargo, tú conquistaste mi alma y transformaste mi vida desde el mismo momento en que te dije: “yo te acepto como mi único Salvador”, y sé que ese día, 20 de marzo de 2011, hubo fiesta en los cielos, porque inmediatamente tu gracia derramaste en mi, dándome una paz y una esperanza revestida de amor, un amor que tú renuevas día a día al rebosar mi vida con tus bendiciones.

No sé porque nos empeñamos en alejarte de nosotros Señor, me imagino como sufres cuando te ignoramos, cuando prestamos atención a cosas del mundo y tú ahí siempre a nuestro lado poniéndonos tus manos en el hombro, anhelando aunque sea una mirada de nosotros, y volteamos porque no queremos dejar las tentaciones y toda la lujuria que nos ofrece el mundo, creyendo que eso es vida ¡y que tontos somos!

Tan solo lo pienso y me digo: ¡Que grande y bueno eres Jesús! Eso es amor puro y verdadero, porque a pesar de ignorarte, muchos también blasfeman contra ti y aún así tú nos sigues amando, estás con los brazos abiertos esperando por nosotros, para recibirnos y perdonarnos y darnos el regalo de la salvación. Sin dudas, el mejor obsequio que ser humano pueda recibir.

Ayer lloraba, y aunque sé que tú me has perdonado, no pude evitar sentir tristeza por todo aquello que pasaste al ser crucificado, fuiste humillado, derramaste tu sangre por nosotros, llevando nuestras culpas sobre tu costado para darnos la vida eterna, y aún así renegamos de ti… ¿Cómo te debes sentir, Señor?

Te pido una vez más perdón por todas las veces que te fallé, por todas las veces que no quise escuchar tu voz, aún siendo bondadoso y generoso conmigo, librándome de tantos males, dándome muestras de tu amor y yo lejana a todo eso, sin asimilar por un momento que todas esas bendiciones venían de ti. Solo puedo darte las gracias, las gracias infinitas por ese amor que me brindas día tras día, por esa paz que ahora siento en mi corazón. Gracias Dios por redimirme.

Ahora miro cada amanecer con una nueva esperanza y solo te pido que me des las fuerzas para continuar caminando en ti, que nada me aparte de ti Jesús, porque no hay vida fuera de ti. ¡Te amo!


CG



lunes, 25 de julio de 2011

Abrazando el amor

Quizás, tu vida no ha sido como la has soñado. Quizás, a pesar del tiempo que ha pasado aún llevas contigo heridas que no sanan. Y aunque sabes que en ti está la decisión de cambiar tu vida, no sabes como lograrlo, no sabes de donde sacar las fuerzas para seguir adelante, no sabes que hacer cuando todo apunta a la tristeza y sientes que el mundo se cae a tus pies.

Creo que todo ser humano ha pasado por momentos de aflicción, de desesperanza y sufrimiento. Cuando estamos así, se hace inevitable que el llanto nos ahogue y nos consuma en una terrible depresión. Pero muchas veces ignoramos que solo hay una forma de salir de ese estado doloroso, que nos hiere y nos destroza el corazón.
            
Hoy yo te puedo decir, que la única forma de lograr salir del valle de la amargura es abrazando el amor, el amor a Cristo, el amor a ti mismo, el amor a los demás. Podemos creer tenerlo todo, pero si no tenemos amor, nada puede llegar a tener ningún valor en nuestra vida. ¿Sabes por qué? Porque el amor lo cura y lo puede todo.

¿Crees que si los delincuentes tuvieran amor, si los asesinos tuvieran amor, si los terroristas tuvieran amor, harían lo que hacen? ¿Crees que los drogadictos, los alcohólicos tengan amor por ellos mismo? Definitivamente no, porque en ellos hay destrucción, quienes optan por autodestruirse no conocen el amor, porque el amor no daña, no envenena.

No dejes morir el amor que hay en ti, abrázalo, tómalo y disfrútalo. Que la tristeza no le gane al amor, que la soledad no le gane al amor, porque no hay vida sin amor. Renueva tu vida en el amor de Dios, dale la oportunidad de entrar a tu vida y que sea él quien la guíe. No hay mayor alegría para un Padre que ver a sus hijos felices, en paz, alegres, en armonía y llenos de amor. Dios se goza, cuando le damos cabida en nuestra vida. Y nuestra alma se goza cuando tenemos a Dios en nuestro corazón.

Que hoy sea el día en que comencemos a abrazar el amor. Hay esperanzas cuando abrazamos el amor, hay promesas de Dios para nosotros cuando abrazamos el amor. Abraza el amor, y gózate en él.

Dios te bendiga.

CG

viernes, 22 de julio de 2011

Viviendo para ganar

¿Qué tan  beneficioso puede ser el  vivir atormentándonos sobre aquello que debimos hacer y no hicimos?  O  ¿Qué tan cierto es el creer que todo hubiera sido diferente si en lugar de la decisión tomada hubiésemos elegido lo contrario?

Lamentarnos o culparnos no es una actitud positiva para enfrentarnos a ese pasado que muchas veces nos hiere y lastima al recordarlo, estropeando nuestro presente, un presente cargado de nuevos retos, de nuevas alegrías, de total libertad para amar y ser amados… Pero le cerramos las puertas y nos aferramos al sufrimiento, sin dejarle ninguna opción al corazón para que renueve sus ganas de vivir.

En la vida no hay pérdidas, si experiencias. Somos insistentes al decir que perdimos tal cosa o tal persona, cuando realmente es una oportunidad para crecer, para aprender, para conocer.

Nada de lo que pase en nuestra vida debe representarnos una perdida, si una ganancia. Dios es el arquitecto de nuestro camino, no debemos menospreciar su obra, él sabe los que nos conviene o no, él sabe lo que quita y pone en nuestra  vida. La clave es permitir que el guíe nuestros pasos. Debemos abrir nuestra mente y corazón a su voz. Nos creemos superhéroes, pensamos que lo podemos todo por nosotros mismos y la realidad no es así.

El que ahora yo conozca la clave para ser feliz y vivir plenamente, no quiere decir que todo en mi vida sea perfecto, porque entonces mentiría, pero si puedo decir que la mejor ganancia la llevo conmigo, que es tener a Cristo en mi corazón. Él es quien me da las fuerzas para estar siempre en pie, me dejo guiar por él, porque no habrá nadie más que quiera mi bien, que aquel que me dio la vida. Entonces no menospreciemos su voluntad en nosotros, vivamos para ganar, vivamos para triunfar,  porque Jesús es quien nos da la victoria.

Y recuerda, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13)

Dios te bendiga,

CG

miércoles, 20 de julio de 2011

Ayer soñé contigo

Ayer soñé que me abrazabas.
Tus manos acariciaban mi rostro
y en un suave susurro me dijiste al oído:
"Yo estoy contigo, porque te amo"
No pude evitar sonreír
me sentí mimada y protegida.

El que tu tomes mis cargas
y me cobijes en tus brazos
me hace adorarte más
y ser fiel a ese amor
que me entregas sin condición.

Tú me has enamorado
y no hay mayor felicidad para mi
el saber que tu vives en mi
Te amo Jesús
nunca te alejes de mi
porque mi vida eres tú.

CG

lunes, 18 de julio de 2011

Lo que un niño me enseñó

Eran alrededor de las 8 de la mañana, cuando salí a realizar las diligencias habituales de un sábado. Al parar en un semáforo, vi algo que me dejó maravillada y al mismo tiempo me invitó a reflexionar.

Un niño, de unos 7 u 8 años, limpiaba con esmero el cristal delantero de un vehiculo que quedaba justo al lado del mío. Al ver como ese pequeño movía sus manos y la postura de su cuerpecito, me detuve a mirar con detenimiento su rostro y fue como ver un ángel, sus ojos tenían un brillo especial y sus pómulos suaves marcaban una sonrisa muy dulce.

Cuando terminó de limpiar el cristal se acercó a la ventana del conductor, y éste le pasó una moneda. El niño hizo algo que me dejó aún más para reflexionar. Él tomó la moneda con su mano derecha la alzó mirando el cielo y luego la besó.  Con esta acción me dio a entender que él sabe que hay un Dios en los cielos que lo protege y sustenta, y esa era su manera de agradecerle.

Con él aprendí a valorar dos cosas fundamentales en la vida de todo ser humano: el amor al trabajo y el amor a Dios, a ser agradecidos porque toda bendición que recibimos viene de uno solo, nuestro Padre Celestial.

Hoy, quizás, ese niño está limpiando cristales en una vía publica, probablemente no estudia, pero de lo que sí estoy segura es que su recompensa le ha de venir, porque Dios no desampara a los esforzados, a aquellos que hacen las cosas con amor y pasión, que saben que hay un Dios en los cielos que es quien hace su obra en nosotros, quien nos guarda, nos ama, nos cuida, nos prospera y nos guía.

No sé de donde vendrá la gran bendición para este niño, si de algún mecánico que vea en él esas ganas de trabajar o de un ferretero que lo lleve como auxiliar a su ferretería, y de ahí el chico aprenda todo lo que necesita para ser un buen comerciante, y de repente quizás sin el mismo esperarlo, llega la oportunidad de su vida: emprender su propio negocio, ya de ahí  en adelante el progreso de su negocio será historia, siempre y cuando sea para la gloria y honra de Dios.

El mensaje que quiero compartir con ustedes y es el que quiero que conservemos en nuestra mente y corazón, es que en nosotros está el hacer las cosas bien, nuestras actitudes dicen mucho de nosotros.

 Reflexionemos un poco: ¿Estamos siendo responsable en nuestro trabajo?, ¿Estamos respetando el horario de entrada y salida?, ¿Estamos siendo solidarios?, ¿Nos estamos poniendo a disposición de lo que el jefe necesite o algún compañero?, ¿Le estoy poniendo buena cara a mis asignaciones?, ¿Estoy haciendo el trabajo con amor o simplemente por hacerlo?

Sin dudas, muchas son las preguntas que podríamos hacernos sobre nuestras actitudes ante el compromiso laboral, pero lo más importante no es castigarnos, ni lamentarnos en caso de que no estemos haciendo las cosas como debemos hacerla, sino reflexionar y asumir un compromiso con nosotros mismos y con Dios que de ahora en adelante seremos más esforzados y le pondremos amor y pasión a todo lo que hagamos. Y ya veras como las bendiciones de prosperidad, llegarán a tu vida.

Lo que el niño me enseñó, puedo resumirlo en una frase: “Todo lo que hagas, hazlo con amor y con fe en Dios”.


Dios te bendice,


CG

viernes, 15 de julio de 2011

Mis huellas. ¿Qué voy dejando tras mis pasos?

Para muchos el camino en diversas ocasiones parece largo. Las ganas de continuar se agotan y así mismo se van apagando los sueños y metas que en algún momento nos propusimos seguir. Las pisadas se van debilitando y al final aquellas huellas que marcamos con tanta intensidad  desaparecen tan fáciles como cuando una ola llega a orillas del mar y borra todo lo que se ha construido en la arena. Así de rápido sepultamos y olvidamos lo que en un momento nos inspiró y nos motivó a recorrer ese camino.

De igual forma pasa en nuestra vida personal, en la convivencia con los demás. Y es que muchas veces no sabemos relacionarnos, dejamos morir amistades por malentendidos, por no saber escuchar, por no saber comunicar los que nos pasa, ni lo que pensamos.  Para defendernos utilizamos repetidamente la frase: “es que los seres humanos no somos perfectos”, y realmente somos imperfectos, pero son excusas que buscamos para no enfrentar nuestro error. Simplemente porque se nos hace difícil reconocer que nos hemos equivocado, que hemos actuado mal y por nada en el mundo queremos dar nuestro brazo a torcer. Pero lo cierto es que el orgullo no lleva a ningún lugar, debemos ser humildes, reconocer que hemos fallado y pedir perdón.

A pesar de que siempre he sido una persona amistosa, definida por la mayoría de mis amigos como una chica amorosa, simpática, positiva y alegre, debo reconocer y confesar que tenia gravísimos problemas de orgullo, y digo tenia, porque gracias a Dios, él ha ido moldeando mi carácter, mi vida en sí la ha transformado de una forma grandiosa así como es él.

Hoy, me pongo a pensar sobre aquello que voy trayendo conmigo, y el ejemplo que quizás pueda dejar en otros, de acuerdo a las huellas que voy dejando tras mi caminar en esta vida, según mi comportamiento y de todo lo que haga de aquí en adelante. Y sinceramente lo único que quiero dejar son huellas que perduren en el tiempo, como la importancia de la fe en nuestras vidas, el valor de una amistad, el amor a la familia, al trabajo, a los niños pobres, huérfanos, enfermos, a nuestros ancianos, pero sobre todo una vida en el amor de Dios, pues su amor lo llena todo.

Tú decides si quieres dejar desilusiones y tristezas tras tu paso, o si quieres dejar esperanzas, alegrías y amor, en un mundo donde muchas cosas se han perdido, pero que podemos recuperarlas gracias a esas hermosas huellas que con intensidad y pasión logramos dejar a nuestro paso.

Dios te bendiga siempre,

CG

jueves, 14 de julio de 2011

¿Qué estoy haciendo por mí?

Quizás, esta sea una pregunta que no nos hagamos con frecuencia. Quizás, nunca nos la hemos hecho. Y probablemente en estos momentos te estas preguntando: ¿acaso, debería hacérmela? Si me permites contestar por ti, te diría rápidamente, ¡sí!

La mayor parte de mi vida me la he pasado tratando de hacer a quienes me rodean felices, y en muchos casos lo he logrado. Es muy lindo cuando nos dicen: “Con tu sonrisa has iluminado mi día” o “Tu llamada era lo que necesitaba”. Sin dudas, que nos hace sentir útiles, y nos hace entender que de alguna forma hemos quitado tristeza de la vida de esa persona reemplazándola por alegría.

Sin embargo, no somos seres perfectos, tenemos momentos en que necesitamos escuchar y recibir eso que damos con tanto amor. Pero, eso que necesitamos no debemos buscarlo en los hombres, sino en Dios. ¿Y es que habrá alguien que te quiera más que tu Padre? Quien vela tus sueños día y noche, que conoce tus necesidades más que tu mismo, y que te dio el mejor de los regalos: la vida.

Entonces, conociendo y reconociendo eso, es que debemos preguntarnos ¿Qué estoy haciendo por mí? ¿Hacia donde voy caminando? ¿De quien me estoy sosteniendo para ser realmente feliz? Y lo hermoso de todo esto, es que esas respuestas están dentro de ti, en tu corazón.  

Casi siempre tratamos de buscar en otros lo que necesitamos, cuando realmente todo está en nosotros. Exigimos a los demás, cuando ni siquiera somos capaces de exigirnos a nosotros mismos. Queremos amar a los demás, cuando ni siquiera nos sabemos amar. Entonces,  ¿Qué estoy haciendo por mí?  Y confieso que esa pregunta nunca me la había hecho, porque desconocía todo lo que implicaba en mi vida… Implicaba el aceptarme como soy, una persona común, imperfecta, débil aunque me hiciera creer a mi misma que tenia un corazón de hierro, que nada me afectaba, que yo lo podía todo por mis propios medios, cuando realmente no es así.

Hoy gracias a Dios, puedo decir que lo que estoy haciendo por mi es más de lo que cualquier ser humano puede hacer por si mismo, y es que me estoy dejando guiar por un ser que si es perfecto, que me ama por sobre todas las cosas, pero sobre todo que es fiel.

Mis sueños no mueren, mi esperanza no muere, porque Cristo vive en mí.

La paz que siento hoy, el gozo que tengo en mi corazón, es algo que no negociaría con nadie, porque lo que estoy haciendo por mi, es mi forma de reconocer y agradecer lo que Jesús hizo por mi, por ti y todo ser humano en la cruz del calvario.

Dios te bendiga!

CG

miércoles, 13 de julio de 2011

Una nueva oportunidad. Mi bienvenida!

A veces situaciones o circunstancias nos alejan de un objetivo. La mayoría de las ocasiones, porque nos dejamos dominar de la rutina o de la haraganeria, y cometemos el error de descuidar cosas que pueden llegar a ser tesoros para nuestra vida, para una persona desconocida, para un país o simplemente para todo el universo.

En el 2006 inicie en Blogger, con un blog que llevaba por título "Expresión libre", en el viví cosas muy hermosas, conocí muchas personas, que aún de vez en cuando veo, ya sea por facebook o el chat de gmail; pero también aprendí, compartí y crecí en lo personal. Sin embargo, primero por dejadez y luego por el poco tiempo que tenia para dedicarle, dejé morir un espacio muy especial para mi. Era mi espacio para expresarme con total libertad sobre lo que creía y pensaba de diversos temas: sociales, politicos, culturales... en fin.

Hoy se abre una nueva oportunidad ante mi, y mi compromiso ahora lleva más fidelidad, porque ya no soy yo quien tendrá el manejo y control de este espacio, sino Dios. Él hara su obra aquí, con palabras edificantes para que cada día podamos crecer en su fe y en su amor.

Esta es mi bienvenida de regreso a Blogger, con una nueva oportunidad para compartir mi nueva vida en la familia de la fe. Y también con mucho agrado les doy la bienvenida a ustedes. Esperando que este espacio sea mi rincón bendecido, pero también el de ustedes.

Dios les bendiga.
CG