En las últimas semanas he pasado por una serie
de situaciones y todas de orden económico, que quizás pudieron traer cierta
preocupación a mi vida, sin embargo eso no me ha impedido extender mis manos y
bendecir a varios hermanos.
A veces nos resulta tan difícil despegarnos de
lo material, ¿Pero de que nos sirve estar apegados a algo que no es lo que
realmente debe ocupar el primer lugar en nuestras vidas? Si Jesús pagó tan alto
precio por nuestra libertad, por qué nos afanamos y nos preocupamos tanto si sabemos que él es nuestro proveedor, por
supuesto para todos aquellos que le aman, y aún así Dios tiene misericordia de
quien él quiere tener misericordia.
Dios muchas veces prueba nuestro amor por el
hermano, nuestra fidelidad a él y si reprobamos ya sea por ignorar su voz y a
lo que bien nos ha llamado, tarda en llegar su bendición. En estos momentos yo
percibo que estoy a prueba, y aún así he visto su mano y su favor sobre mí.
Hace unos días una hermana de la iglesia se me
acercó para decirme que necesitaba que la ayudara económicamente con lo que
pudiera para ella pasar la semana. Le confesé que no tenía mucho, porque aún no
había cobrado, aunque de todos modos ya el sueldo de esa quincena estaba
distribuido entre los pendientes y aún así estaba en déficit, pero eso no se lo
comenté. Simplemente saqué los 500 pesos que tenia en la cartera y se los
entregué. Ciertamente no sabia como yo resolvería mi problema, pero si estaba
confiada de que Dios si lo sabía.
Al día siguiente retiré el dinero de mi
quincena y cobré parte de un dinero que una amiga me debía, llegué a mi casa y
separé el dinero para cada pendiente y los pagos que tenia que realizar, justamente
me sobraron 500 pesos, dí gracias a Dios por ello, porque me servirían para desenvolverme hasta que
llegue la siguiente quincena.
Al otro día, recibo una llamada del
departamento de tesorería de donde trabajo informándome que tenían un cheque de
unos viáticos de un viaje al interior que había realizado hacia más de un mes,
y la verdad es que ese dinero ya ni pensaba cobrarlo. Y les cuento que lo celebré regalándome un
helado.
Dios es muy bueno. En mis devocionales de cada
día no han faltado mis alabanzas a él, y las infinitas gracias por permitirme ver
el sol cada mañana, ni tampoco las peticiones especiales por la restauración de
mis finanzas. Dios es más que bueno, es fiel, es Todopoderoso, si nos
entregamos a él con un corazón limpio, podremos ver lo invisible, creer lo
increíble y recibir lo imposible, y todo eso acontece cuando nuestra fe está
puesta solamente en él.
Por último, no escondas tus manos, en
ellas hay bendición.
Dios te bendiga
CG
1 comentario:
Así es Dios, nos sorprende siempre que ayudamos a los demás!!
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