En mis años de vida, creo que nunca había sentido una alegría mayor al hacer un servicio, que cuando me tocó hacerlo por primera vez para el cuerpo de Cristo, que es su iglesia.
El domingo 24 de julio del 2011, es una fecha que se quedará grabada para siempre en mi memoria, porque fue el día en que aprendí a valorar mi existencia en este mundo. Y es que no hay nada más hermoso que seguir las huellas de aquel que su vida dio por nosotros.
Jesús no vino a la tierra para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por nosotros, es por ello que cada día debemos entregar nuestro corazón a sus mandamientos.
Confieso que me siento muy bendecida al desempeñar la función de Ujier dentro de mi iglesia León de Judá, porque desde siempre he sentido ese llamado de Dios para ayudar a quienes me rodean, antes de ser cristiana pues no lo entendía así, a pesar de que nunca ha sido una carga para mi el servir a los demás, sino toda una satisfacción y ahora lo veo, lo siento y lo entiendo como toda una bendición.
Y si me preguntaran que es lo que más me gusta de ser Ujier, diría que, el servicio entregado, la actitud positiva que debemos tener, y poder agregarle el amor de Dios a nuestro servicio cuando recibimos y saludamos a una persona, dándole una sonrisa y un saludo en el que puedan encontrar la bendición de Dios, a través de un gesto o una palabra nuestra.
Mi primer día sirviendo como ujier fue una grata experiencia, pues me tocó recibir a las personas a la entrada del salón, poder darle los buenos días con un Dios te bendiga, y recibir de ellos un beso y un abrazo, sentir ese cariño y ese agrado hacia mi persona como de verme ahí recibiéndolos fue maravilloso, sumado a las palabras de mis queridos hermanos en Cristo diciéndome que qué bella me veía como ujier, pues fue una gran bendición.
Finalmente, el mensaje que quiero compartir, es que todos tenemos una función en el cuerpo de Cristo, pero cuando esa función la hacemos con amor, con verdadera entrega, para la gloria y honra de Dios, eso es justo lo que proyectamos a los demás.
Que el servir nunca nos canse tanto dentro como fuera de la iglesia, porque no hay nada más hermoso como el servir sabiendo que hemos entregado nuestro corazón a algo por lo que creemos y sabemos tendrá su recompensa en los cielos.
Dios te bendiga,
CG
2 comentarios:
QUE MARAVILLOSAMENTE TE HAS DE SENTIR!!!!! felicidades esa esla actitud
Gracias! Un abrazote!
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