Mensaje de Introducción

El amor nunca deja de ser... es el mejor alimento para el alma. Y es que cuando tenemos amor en nuestro corazón podemos soportar las mas grandes decepciones y las peores injusticias.... el amor es limpio, no tiene manchas, vive en la verdad y se goza de ella. No permitas que el amor muera en ti, cultivalo siempre. Dios te bendiga. CG







lunes, 20 de febrero de 2012

¿Estamos preparadas para el matrimonio?

Como mujeres siempre hemos soñado tener a nuestro lado un hombre que nos ame, nos valore, nos respete, nos cuide y nos comprenda. Que acepte nuestros éxitos profesionales, personalidad, estado de humor, sin cambiarnos y sin moldearnos a su gusto. Pero, ¿Que estamos dispuesta a dar o entregar nosotras?

Siempre he creído que toda gran mujer merece un gran hombre a su lado, y esa gran mujer debe saber que fuimos creadas por Dios para ser una ayuda idónea del hombre, su amiga y compañera. Y que para lograr una buena relación de pareja, debemos dejar a un lado muchas cosas que a través del tiempo por la misma sociedad feminista, que ha ido emergiendo, se han cimentando en nuestras vidas: como el creernos que siempre tenemos la ultima palabra, que somos la superpoderosas y que el hombre que quiera estar con nosotras debe aceptarnos así y punto.

Pero ¿sabes que? La rebeldía, la soberbia, ese espíritu de competencia y de que podemos derribar una montaña sin ayuda de ellos, creando una rivalidad, definitivamente no es el mejor ejemplo que debemos practicar.  Con esto no quiero decir que seamos sumisas, y que nos dejemos dominar y pisotear, claro que no, pero lo que sembramos es lo que cosechamos. Ser tolerantes y brindar nuestro corazón a ese ser sin ninguna condición, comprometidos a cuidarnos mutuamente es lo que enseña la palabra de Dios.

He visto como en los últimos años se ha creado una lucha constante entre el hombre y la mujer actual por determinar quien es más fuerte, y quien es el que debe tomar la decisión final en el hogar ante cualquier situación. Y como siempre ambos entienden que la razón les pertenece.

Si vamos a Efesios 5 del 22 al 24, nos encontramos con esta cita: “Las casadas estén  sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia la cual es su cuerpo y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”. Pero si seguimos leyendo los cinco versículos siguientes, podemos constatar que el hombre también tiene un mandamiento importante que cumplir, y es que está llamado a cuidar y amar a su esposa, y tratarla con bondad y ternura.

Hermosas y luchadoras mujeres que entregan todo cada día por superarse, y defender su lugar en un mundo tan cambiante y exigente, es importante que sepamos que el matrimonio es mucho más que firmar un documento para cumplir ante la sociedad. Es saber que hay un compromiso mutuo entre el hombre y la mujer de sostenerse y apoyarse, de cuidar el uno del otro y ser cada uno el mejor amigo del otro. Cuando entendamos esto, tendremos la mejor disposición para recibir a ese hombre maravilloso que Dios tiene para cada una de nosotras, y no nos desesperaremos, ni desmayaremos, porque sus promesas se cumplen en nuestras vidas, si le creemos a él.

Y siempre tengamos presente, que en toda relación ya sea de amistad o de pareja, para que sea exitosa debemos sopesar la opinión del otro, sin creernos que siempre tenemos la razón o la última palabra.  Aprendamos a ser tolerantes, esa es la base de una buena relación.

Somos bellas, somos inteligentes, así que mostremos esas cualidades desde lo más profundo de nuestro corazón siendo humildes, y vivamos y disfrutemos el amor, que como fresco rocío llegará a nuestras vidas para llenarnos de felicidad.

Dios les bendiga,
CG.