Desde hace unos días he estado reflexionando sobre por qué a muchas personas que desean iniciar un proyecto se les dificulta ejecutarlo. Y llega a mi mente la pregunta: ¿A caso te preocupa la distancia que tengas que recorrer para alcanzar tus sueños?
El camino puede ser corto o largo, pero nunca sabrás como pudo ser si no te decidiste a caminarlo.
Ciertamente, el temor y el miedo van hacer fiesta en tu mente, pero existe algo que por nada en el mundo debes perder, y es la fe. ¿Hay algo imposible para el que cree? Entonces algo está pasando. Hay dejadez, desanimo, indiferencia…
¿Temes a las críticas, a lo que otros piensan de ti? A veces me hago la siguiente pregunta: ¿Qué pudo pasar si le hubiese tomado la palabra a esa señora, amiga de la familia, que en los inicio de mi proyecto me cuestionó un tanto indignada, sobre cómo era posible que luego de haber hecho una profesión, de estar trabajando en mi área, ahora me ponía a vender dulces?
Su intención, sin dudas, era matar un sueño. Sin embargo, eso me impulso aún más, porque desde ese entonces yo abracé mi sueño y comencé a ejecutarlo con más fe, y no lo pienso soltar.
Quizás muchos aún puedan preguntarse lo mismo que ella, pero les digo algo: Yo nunca cambiaría ser mi propia empleada, por ser empleada de otros. Independientemente de todo yo sigo siendo periodista, tanto así que en la actualidad realizo trabajos freelance relacionados con mi carrera. Cuando tú eres algo, tú no lo pierdes aún decidas hacer otras cosas.
Dar el salto no será fácil, créanme, pero llegará el día en que dirás: ¡Lo he logrado!
Y yo espero estar ahí para gozarme contigo. Por eso te digo: ¡Abraza tu sueño hoy!
Jesús estará a tu lado para enseñarte el camino.
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