Descubre tu talento y ponlo al servicio de los demás

Si alguien me hubiera dicho hace unos años atrás, que con mis manos haría creativos postres y que a través de ese talento podría llevar alegría al paladar de las personas y propiciar que otros muestren su amor a ese ser querido al obsequiar una de mis creaciones, probablemente no lo hubiera creído y más me hubiese costado imaginarlo.

Desde siempre me gustó  la comunicación, específicamente la locución y el periodismo escrito, lo que me permitió que al momento de entrar a la universidad no se me hiciera nada difícil decidir que estudiaría. Ciertamente, el periodismo es algo que me apasiona y he podido desarrollarlo como carrera.

Muchos me preguntan como pudo una periodista de la noche a la mañana convertirse en “repostera”, pero no solo eso, sino en una “creativa del dulce”, pues son muchas las personas que quedan sorprendidas ante los más de 20 sabores en los que preparo un flan.Y sólo puedo afirmar que es don de Dios.

A los 15 años aprendí a preparar el flan de leche, porque es mi postre favorito y siempre le pedía a mi madre que me lo hiciera, pero supongo que en algún momento la saturé tanto, que prefirió enseñarme a prepararlo. Ese talento lo mantuve oculto hasta hace poco más de un año cuando decidí prepararle a mi jefa del periódico un flan por motivo de su cumpleaños. Las reacciones fueron tan positivas, que la jefa de mi jefa me dijo que éste era mi negocio, y no dudó en ser mi primera clienta. Ese día me encargó un flan de café.

Es así como Dios me regala la bendición de crear a través de mis manos una serie de dulces que llaman la atención de mis clientes por la originalidad, por su rico sabor y la calidad de su presentación.

Cuando descubrí el negocio que Dios tenía para mí, no pestañeé y de inmediato hice toda una estrategia, comencé a trabajar en la variedad de sabores, en el nombre de la “flaneria”, logo, página web y la forma de mercadearlo. 

A veces creemos que lo primero que necesitamos para comenzar un proyecto son variosmillones de pesos en el bolsillo, pero no es así. Lo más importante es tener la disposición de desarrollar tu talento, de creer en ti, de arriesgarte, porque es muy fácil decir que llegaste a la cima, si antes no sudaste, no te sacrificaste, no te esforzaste.

Muchos llegaran a ti criticándote, queriendo matar tus sueños, diciéndote que tu no puedes, menospreciándote, sobre todo si eres profesional y emprendes algo muy diferente a tu carrera, pero si tenemos identidad en Dios, si conocemos nuestras capacidades y estamos seguros de lo que queremos, ninguna palabra negativa podrá detener nuestros pasos y sueños,  mucho menos hacernos retroceder. 

Lo que hagamos debemos hacerlo con amor, porque es un servicio que estamos ofreciendo y quienes lo reciban así lo percibirán. Es por eso que para que todo proyecto sea exitoso debemos esforzarnos y dedicarle un tiempo de calidad para que de esta forma se genere algo positivo.

A cada ser humano Dios le ha dado al menos un talento, está en cada uno de nosotros usarlo correctamente o simplemente mantenerlo oculto y ser uno más del montón, de los que se quedan contemplando y no se da la oportunidad de crecer, de progresar, y es que muchas veces queremos tenerlo todo, pero no queremos luchar por ello.

Decide hoy descubrir tu talento y ponerlo al servicio de los demás y la recompensa que recibirás será más grande de lo que puedas imaginar.

CG

(Este artículo lo escribí para la revista Integración Tecnológica de Infotep. Gracias a mi amiga Liliana Cepeda por la solicitud de colaborar para la sección de emprendedores. Fue publicado en la edición Enero 2013)