Mensaje de Introducción

El amor nunca deja de ser... es el mejor alimento para el alma. Y es que cuando tenemos amor en nuestro corazón podemos soportar las mas grandes decepciones y las peores injusticias.... el amor es limpio, no tiene manchas, vive en la verdad y se goza de ella. No permitas que el amor muera en ti, cultivalo siempre. Dios te bendiga. CG







jueves, 14 de julio de 2011

¿Qué estoy haciendo por mí?

Quizás, esta sea una pregunta que no nos hagamos con frecuencia. Quizás, nunca nos la hemos hecho. Y probablemente en estos momentos te estas preguntando: ¿acaso, debería hacérmela? Si me permites contestar por ti, te diría rápidamente, ¡sí!

La mayor parte de mi vida me la he pasado tratando de hacer a quienes me rodean felices, y en muchos casos lo he logrado. Es muy lindo cuando nos dicen: “Con tu sonrisa has iluminado mi día” o “Tu llamada era lo que necesitaba”. Sin dudas, que nos hace sentir útiles, y nos hace entender que de alguna forma hemos quitado tristeza de la vida de esa persona reemplazándola por alegría.

Sin embargo, no somos seres perfectos, tenemos momentos en que necesitamos escuchar y recibir eso que damos con tanto amor. Pero, eso que necesitamos no debemos buscarlo en los hombres, sino en Dios. ¿Y es que habrá alguien que te quiera más que tu Padre? Quien vela tus sueños día y noche, que conoce tus necesidades más que tu mismo, y que te dio el mejor de los regalos: la vida.

Entonces, conociendo y reconociendo eso, es que debemos preguntarnos ¿Qué estoy haciendo por mí? ¿Hacia donde voy caminando? ¿De quien me estoy sosteniendo para ser realmente feliz? Y lo hermoso de todo esto, es que esas respuestas están dentro de ti, en tu corazón.  

Casi siempre tratamos de buscar en otros lo que necesitamos, cuando realmente todo está en nosotros. Exigimos a los demás, cuando ni siquiera somos capaces de exigirnos a nosotros mismos. Queremos amar a los demás, cuando ni siquiera nos sabemos amar. Entonces,  ¿Qué estoy haciendo por mí?  Y confieso que esa pregunta nunca me la había hecho, porque desconocía todo lo que implicaba en mi vida… Implicaba el aceptarme como soy, una persona común, imperfecta, débil aunque me hiciera creer a mi misma que tenia un corazón de hierro, que nada me afectaba, que yo lo podía todo por mis propios medios, cuando realmente no es así.

Hoy gracias a Dios, puedo decir que lo que estoy haciendo por mi es más de lo que cualquier ser humano puede hacer por si mismo, y es que me estoy dejando guiar por un ser que si es perfecto, que me ama por sobre todas las cosas, pero sobre todo que es fiel.

Mis sueños no mueren, mi esperanza no muere, porque Cristo vive en mí.

La paz que siento hoy, el gozo que tengo en mi corazón, es algo que no negociaría con nadie, porque lo que estoy haciendo por mi, es mi forma de reconocer y agradecer lo que Jesús hizo por mi, por ti y todo ser humano en la cruz del calvario.

Dios te bendiga!

CG

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